8/03/2010

A mi pequeño hijo,

Regreso, regreso siempre para que no se apague otra luz ...... y el talismán nunca deje de brillar.

3 comentarios:

rh dijo...

Eso pertenece a la dimensión más pura del alma, algo que está en otra categoría de cosas, en la más alta. Los padres somos quienes debemos poner dentro de nuestros hijos los talismanes y las luminarias que les puedan durar siempre.
Cuando leía estas letras comenzó a sonar en mi cabeza una preciosa canción de Quique González, tal vez porque en su estribillo habla de luces que dejan de brillar y de miles de cerillas que aún quedan por gastar, toda esa luz por encender ( http://www.youtube.com/watch?v=zV67sNJXw_M ).

A veces escribí palabras que provenían de esa clase de sentimientos dentro de mi universo personal. Alguno de esos textos están publicados en un pequeño libro con modestos poemas y discretos y breves textos. Uno de ellos se titula "No sabes" y lo escribí pensando en uno de mis dos hijos, en concreto, en mi hija, que es la pequeña:

"La oscuridad blanda de esta noche arropa tus párpados cerrados. La ciudad duerme. El mar duerme. Tus sueños duermen. Todo duerme contigo para proteger la fuerza de tus risas. Sólo el viento parece despierto aún, empeñado en sacudir las espigas y poner sonido a esta noche. Ya sabes cómo es el viento cuando quiere. Ahora, mientras te miro, ahí en lo alto de tu reino, con la almohada besando tu mejilla, podría contarte mil historias que me vienen. Podría contarte mi vida entera, todo aquello que nunca digo. En este mundo que ahora duerme tendría todas las palabras que te explicarían lo que soy y, supongo que también, lo que tú eres. No te puedes imaginar lo que este silencio mío en ocasiones puede guardar. Podría hacerte volar sin cansarte con las palabras sin sonido que esperan detrás de mis labios cerrados. Tus cosas también duermen cómplices sobre la mesa, sobre la silla. Te esperan para subirse a ti con el amanecer y recorrer sin reservas contigo todo lo que les dejes. Parece que escucho tu voz cantando esa canción que te he descubierto. Hay muchas cosas en este silencio donde todo duerme tranquilo excepto el viento y yo. No sabes ahora que tienes aquí un guardián de tus sueños velando por esas últimas lágrimas que ahora ya son estrellas en el cielo de ahí afuera. No sabes que alguien te besa ahora el alma en esta habitación donde tu tiempo y mi tiempo no son nada frente a esa memoria que acariciará y traspasará para siempre tu piel."

Discúlpame la extensión del comentario.
Un abrazo.

Anónimo dijo...

"otra luz"...
pienso en cuántas luces se encienden a lo largo de la vida y en cuántas se apagan,
en todos los rostros recorridos (incluso los de uno mismo), en toda la miríada de emociones que explica cada nanómetro cuadrado de nuestro paisaje personal,
no me gusta que se apague ninguna luz

z.

Anónimo dijo...

z = rh, ya sabes, le di al botón equivocado