7/27/2011


Poesía vertical 18

Fisuras interiores,
grietas por donde se filtra gota a gota
el líquido espeso y apremiante
de esa invasión profunda
que llamamos oración.
La oración, que no es algo que se reza
sino una inclasificable sustancia
que no está hecha de un decir,
aunque a veces se abrigue con palabras
o fragmentos de palabras,
como el sueño se viste de fábulas rotas,
con desarticuladas historias que descarrilan al pensamiento
y encarrilan, en cambio, el sagrado estupor
que tapiza el lado oculto de los seres.
La oración y el sueño se parecen:
son dos entidades o elementos
que gotean en los entresijos de una nada
que se asemeja a algo.
¿Qué ocurriría si se abrieran de pronto
esos lentos arcaduces,
esos estrechos canales
por donde se filtra la oración
y quizá también el sueño?
¿Se mezclarían ambos acaso?
¿Un torrente arrastraría al hombre
desde su propio interior?
¿O tal vez sólo la oración continuaría goteando,
implacablemente goteando
con el mismo ritmo y la misma medida
por la imprevista abertura?
Es probable que la oración sea una parte fija,
una porción estable
de la naturaleza de cada hombre,
la aplicación de una discretísima posología,
una cuota inmodificable como el sueño.
La dosis establecida
de una extraño y casi abrumador rescate
que llevamos en el centro
de nuestra propia sustancia.

Roberto Juarroz

3 comentarios:

rh dijo...

(Un pensamiento tras la lectura): Lo incomprensible del todo (mundo, vida o lo que quiera que sea) no es tanto no encontrar la verdadera explicación del universo, el fundamento de las enanas blancas, la entropía, la energía oscura... podría bastarnos como ha ocurrido durante siglos con cualquier explicación que fuéramos capaces de creer. Lo incomprensible está en nosotros, en la naturaleza humana, en las claves de nuestro comportamiento, en el fundamento de las emociones, en la crisis permanente de la razón. Porque somos sueño y realidad, nuestra esencia es esa y por eso nos trasciende a nosotros mismos. Y la poesía de Juarroz, tan metafísica, tan visionaria también, tan sabia, nos lo dice cada poco.

"Llaman a la puerta.
Pero los golpes suenan al revés,
como si alguien golpeara desde adentro.

¿Acaso seré yo quien llama?
¿Quizá los golpes desde adentro
quieren tapar a los de afuera?
¿O tal vez la puerta misma
ha aprendido a ser el golpe
para abolir las diferencias?

Lo que importa es que ya no se distingue
entre llamar desde un lado
y llamar desde otro lado."

(Undécima poesía vertical)

Me encantan las preguntas verticales. Oración y sueño ¿Se pueden disociar según el planteamiento de este poema precioso?

Un abrazo

rh dijo...

(Un segundo pensamiento sobre este poema de la decimo octava poesía vertical): Creo que la clave de este poema se encuentra en que ninguna parte del mismo contiene las palabras precisas que lo descifran completamente. Me explico: es como si los versos fueran unas coordenadas que aproximan al mensaje sin decirlo expresamente pero de una forma tan precisa como respecto de un lugar hablan unos números ordenados que componen unas determinadas coordenadas. Por ejemplo, pongamos dos coordenadas cualquiera: 34.6206°S 58.3718°W y 43.578°N 5.9583°W. Esas coordenadas localizan cada una exacamente un determinado lugar pero nadie podría reconocer en esos lugares nada referido a esos guarismos. Las palabras son como los caracteres de una coordenada, aproximan con exactitud a un lugar pero "ese" lugar no es comprensible, es decir, no se entiende si no se está realmente en él. Allí es donde podremos percibir toda la infinitud de sensaciones propias de ese determinado espacio.
"La oración, que no es algo que se reza/ sino una inclasificable sustancia/ que no está hecha de un decir,/ aunque a veces se abrigue con palabras..."; "La oración y el sueño se parecen:/ son dos entidades o elementos/ que gotean en los entresijos de una nada/ que se asemeja a algo".
Eso por ejemplo son, según yo lo veo, coordenadas. "Una nada que se asemeja a algo...", es fantástico Juarroz. Lo que nos define, lo que somos, lo que sentimos, lo que puede explicar tantas cosas, lo que es el mundo, los demás, la vida... todo obedece a unas coordenadas que son pura abstracción, matemática, geometría. Oración (no de rezo, sino de pensamiento) y sueño. O una aleación de eso. O una aleación de eso con muchas más cosas. La verdad es en este caso indefinible, pero en cambio puede ser aproximable con más o menos precisión según quién conduzca el vehículo de las palabras.
Hace un par de días cenabamos dos matrimonios muy amigos desde hace muchos años. Ellos son científicos. En concreto él es alguien verdaderamente importante. Nuestras conversaciones son siempre un privilegio, una suerte de premio para mí. Hablamos esta última vez de deidades (él es ateo), de la naturaleza, la evolución, las extinciones y la enfermedad de un modo que sólo puedo aproximarme a comprender pero no a explicar. Nos contó que en su última conferencia dijo a los asistentes que deberíamos preocuparnos todos por dedicar un poco de tiempo de cada día (aunque fuera muy poco) a pensar. Qué simple ¿verdad?... "a pensar".
Mi pensamiento es asistemático, desordenado, quizá por mi carencia disciplinar. Escribo porque me gusta "aproximar" lo que pienso, es decir, intento "detenerlo" para aprehender lo más interesante de las ideas o de los conocimientos. Intuyo que lo verdadero viene de esa metafísica invisible, inexplicable. Oración y sueño, sensación y alma. Quizá algún día alguien encuentre la respuesta en alguna parte, igual en la energía oscura, quién sabe. Somos algo parecido, creo, a lo que dice el poeta de Coronel Dorrego y eso, salvo para gente como él, resulta difícil explicar.
Yo me conformo con pensar, aislada y muchas veces estérilmente, un poco. Me gusta dedicar una parte del tiempo a pensar. Me gusta más escuchar que hablar, lo prefiero. Tengo mucho más que aprender que cosas para enseñar y no hay demasiado tiempo. Por eso me gusta por ejemplo literatura como la de Juarroz. Por eso te agradezco, querida amiga, los círculos continuos. Este gran lugar de desconocidas coordenadas en el que uno puede pararse a pensar.
Un fuerte abrazo.

HOLLOWAY_GIRL dijo...

Intuyo algo parecido a SER y TIEMPO.....ambas constantes que van ligadas.
Admito que no conocía a este autor, Gracias por traerlo (todos los días se aprhende algo nuevo)
Esta parte del poema:
"Lo que importa es que ya no se distingue
entre llamar desde un lado
y llamar desde otro lado."
Crei ser la puerta misma, la cual está, es y siente los golpes de quien llama y la respuesta del que asiente....
Me considero una fisura, trato de emanar pensamiento y oraciones...traidos con palabras, dentro de coordenadas inciertas pero con la certeza de ser parte del universo de la sustancia.

Un abrazo a vos y gracias por tus comentarios