7/26/2013

La vida misma no es un medio para algo, es la expresión de formas de crecimiento del poder Nietzsche

5 comentarios:

RH dijo...

Es curioso. Este es el verano (en mi caso, en estas latitudes) de Nietzsche. Incluso en un pequeño texto que escribía ayer y que quizá publique citaba a Nietzsche en una frase. Después de mucho tiempo vuelve por distintos sitios, por puro azar, creo, y esas citas parecen decirme que debo volver a él y detenerme un poco en su lectura y entender lo que quizá no entendí bien y lo que seguro no retuve convenientemente.
La vida misma no es un medio para algo... tal vez simplemente es, sin más, una constatación incierta incluso, una circunstancia en la que todo juicio y conocimiento llega a ser cuestionable... igual no es nada...
aunque yo no lo creo.
(creo que volveré para comentar algo más de N.)
Un abrazo muy fuerte Holl.

RH dijo...

Entra la primavera austral, supongo, y amenazará con el brillo malva que acabará infectando las calles y los jardines, y con la terrible luz que esconde amenazas de esperanza en cualquier rincón perdido o cotidiano.
Qué envidia, aquí lo que empieza es el otoño.
Espero que todo esté bien.
Un fuerte abrazo

RH dijo...

Hace tanto tiempo...
Pero el tiempo no debe importar.
Siempre sigo pasando. Aunque no escribas nada.
:)

RH dijo...

Y lo sigo haciendo. ¿Quién sabe por qué? Quizá porque hay partes de uno que eligen lugares donde les gusta estar, y ser, y que convierten en sus lugares. O porque son esos lugares quienen las adquieren porque esas partes son transmisibles para algunos sin dejar nunca de ser de quienes son.
Que estés bien. Sobretodo eso.
Te dejo un abrazo por si algún día lo ves.

RH dijo...

Como un ciervo armado solamente con sus astas y que camina temeroso en medio de un pasillo de hienas, que miran furiosas, gruñendo, mostrando los colmillos, a punto de saltar.
Así es el ser humano a veces. Hoy, entre las hienas humanas, pensé que eran alimañas, enfermos, monstruos, alienígenas... algo así, pero luego me doy cuenta que hacer daño sin sentido, sin que tenga que ver con la supervivencia, por el mero hecho de hacer daño, es parte de lo más humano que existe. Tan humano como las caricias, la sonrisa, el enamoramiento. Tan humano como el razonamiento y la contradicción. El ser humano es esencia de la miseria, lo ruin es parte del hombre. El horror es consustancial, como lo son los sueños perfectos. Pasa el tiempo, ya vamos para viejos y apenas queda sitio para la furia y, mientras, la tristeza avanza como lo hacen las nubes inabarcables de las borrascas. Debo acariciar el corazón con el pensamiento, cerrar los ojos algunos momentos, recordar aquello en lo que siempre he creído, no olvidar que aun siendo humano se puede estar por encima del barro.
A veces se necesita el refugio de las palabras, aunque sean propias. Y si ves esto, te pido que me disculpes por hacer de este lugar un sitio para ese refugio por un momento.
Que estés bien, querida amiga.